El pasado domingo 26 de Abril me desplacé hasta Cardona para participar en la tercera prueba puntuable del Open de Barcelona. El día pintaba mal, muy nublado y con bastante frío, pero no fue hasta que se dio la salida que no empezó a llover. Al principio llovía poco e incluso paró, pero al final de la segunda vuelta volvió a llover y así hasta que ya estuvimos duchados. Lo que era un circuito muy divertido, además de nuevo respecto al de años anteriores, se convirtió en un río que hacía bastante difícil el trazar correctamente y no caerte en cualquier curva resbaladiza.
Debido a la celebración de la Titan Desert y a la Copa del Mundo (si, David Lozano y Sandra Santanyes pasan de correr Open de Barcelona a correr Copa del Mundo...) había menos gente de la habitual, y concretamente de los primeras figuras. Si a eso le sumas el hecho de que la previsión era de lluvia, pues menos gente todavía. Aun y así los de siempre estábamos allí.
Ya de salida me puse octavo. Enseguida vi que la piernas no respondían a lo que yo les pedía. Quería apretar más, pero las piernas no daban de si. Eso hizo que la rueda que preveía seguir, Cristofer Bosque, se fuese sin remedio y me quedase en un grupo con un Enric Forn especialmente inspirado al cual sólo pude seguir hasta principios de la tercera vuelta cuando empezó a llover más fuerte y más frío empezó a hacer.
La última vuelta la hice tiritando de frío y más por inercia que por ganas. Por suerte, a pesar del tiempo perdido respecto a rivales que en otras carreras había ganado, la posición final fue buena, 6º general y 5º Élite, cosa que me permite seguir sumando de cara a la clasificación final, aunque perdí una estupenda oportunidad de rozar el podio... Otra vez será!!!
Para mi, y para la mayoría de los que estábamos allí, la anécdota negativa del día fue el echo de salir a correr con neumáticos de seco, dado que veíamos que aguantaba sin llover, dejando los Schwalbe Black Shark Mud en el coche. Pero para acabarlo de empeorar el día antes había puesto los Schwalbe Racing Ralph de 2.25, que en seco iban genial por lo mucho que amortiguan las piedras que hay en ese circuito, pero que en mojado se convierten en una pelota de barro inmensa. Suerte que al final llovió con ganas y el barro pegajoso se convirtió en líquido y se "solucionó" el tema.
Por otro lado comentar una gran ventaja de la bici Koga Miyata, y es que de serie lleva las fundas enteras desde las manetas hasta el cambio y el desviador. Esto evita que el barro entre dentro de las fundas y que los cambios sigan funcionando casi cómo el primer día. Que diferencia con otras bicis que he tenido!!!
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Foto de Fedecat.
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